Asuntos externos

El Ministerio de Asuntos Exteriores (y de los Grandes Expresos Europeos, como al parecer se llama ahora) está bastante entretenido últimamente. Y eso que el ministro del ramo anda veraneando en las aguas de las Islas Baleares, haciendo cabotaje con su yate. Si estuviera en Madrid, la que tendríamos montada, virgen santa.

Allá va la primerita, que cantan los canarios: el rey de Marruecos indulta a cuatro docenas de presos españoles. Pues bien, en lugar de darle las gracias, hemos montado una pajarraca de proporciones inconmensurables. Estos son los hechos. Resulta que entre los sueltos hay un veterano y pertinaz pederasta, de origen algo turbio, que se ha colado en la lista. Como los papeles no se cuelan solos, alguien ha metido su nombre en esa lista. ¿Quién? ¡Ah! Cuanto más se emborrone, menos claro se ve. En la misma tacada, han soltado también a un joven, pillado con su padre cuando llevaban novecientos kilos de haschich en el camión. Para consumo propio, seguramente. Pues han soltado al hijo y al padre lo han dejado en el maco. Otra pajarraca, en este caso porque dicen que es una injusticia que suelten al pederasta y a él lo dejen encerrado, siendo como dice que es “mayor, diabético, cardiopático y muchos alifafes más”. Se ve que si no hubieran soltado a nadie se habría curado automáticamente.

La segunda serpiente de verano ha salido en la bahía de Algeciras. Es una vieja conocida, pero siempre tiene éxito de público y de crítica. La reincidente e inoperante reivindicación de Gibraltar le ha venido a don Mariano de perlas en su retiro galaico. Una semana sin mentar a Bárcenas, a Gürtel ni las cajas B, C, D, etc. del PP. Con este motivo nuestros más acendrados patriotas de izquierdas y derechas la han emprendido con que vaya mierda de escuadra que tenemos y que vienen los ingleses a mojarnos la oreja. ¡Hay que joderse! Ellos son los primeros que se oponen a que nos gastemos los euros en materiales militares. ¿Con qué quieren que nos pongamos a vacilarles a los británicos? La verdad es que son muchos siglos de ir arañándonos territorio; es normal que nos calentemos, pero ¿qué hacer?

Entre estos dos noticiones y los incendios nuestros de cada verano, las teles ya tienen con qué abrir todos los días telediarios, tertulias y demás “informativos”. Y nosotros, tema para la columna.